Apariencias te engañan

Gonzalo siempre fue el gilero del barrio, el palomilla de la universidad, el bacán de la chamba, el primero en “levantarse” a las chibolas ansiosas de subirse a un auto nuevo y a las “maduritas” desesperadas por comerse al primer hombre “menor” que les ofrezca su “sex appeal”. Como diría un buen amigo….donde Gonzalo pone el ojo pone el balón….

Pero hay un detalle que nadie sabe……..Gonzalo es homosexual. Sí, él es gay, cabrito, mariscal, marica, maricueco, rosadito, bollo, tremendo rosquetón, como diablos le quieran llamar…

En el trabajo, nadie sabe que Gonzalo es homosexual, es más, no existe ni una pizca de sospecha por parte de sus compañeros de trabajo, entorno familiar, amical. Todos lo consideran el macho caimán de América Latina.

La mamá de Gonzalo toma el té con las damas que forman parte de su grupo de “oración” y comenta “Ay mi Gonzalito, todas las chicas se mueren por él, pero aún no se decide” (si supiera que ya se decidió… y por los hombres!!!). Dentro de todo, a la mamá de Gonzalo le encanta saber que su hijo es todo un “hombrecito” que se tira a todas las que pasan por ahí…. Ella dice: “ay igualito de hombrecito que su padre”…pobre ilusa.

En fin, a Gonzalo le gusta el nuevo practicante de su trabajo, pero él tiene clara la imagen que “debe” guardar en su centro de labores: Él es el gallo del gallinero y no un periquito australiano multicolor. 

Sin embargo; es inevitable, él lo sabe, hace de todo par contener sus impulsos, sus deseos, pero él sabe…. LA CHIBOLADA NO PAGA….PONE… PERO NO PAGA.... Hasta que un día cerca de la fotocopiadora del piso (que está estratégicamente ubicada, por no decir “caletamente ubicada”) acorrala al nuevo practicante y se le “insinúa”... Para sorpresa de Gonzalo, el practicante responde con un “cordial” saludo que pone “contento” a Gonzalito.....

La escena se repetía todos los días a las 7 p.m., cuando ya no habían muchas personas en el piso 4 (lugar donde trabajaban ambos en diferentes áreas), hasta que un día, fueron sorprendidos por el conserje del piso quien atinó a aclarar su garganta para detener lo que estaba sucediendo... golpe bajo... Gonzalo tendría que sobornar al conserje para que callara lo que había sucedido....total un chantaje mas .....un chantaje menos....

Gonzalo llega a su casa, sabe que tendrá que acomodar sus ingresos y destinar una porción de ellos para silenciar al conserje. 


Gonzalo triste y aún "calentón" se recuesta en su cama, mira su techo... piensa por un momento en mandar al cuerno todo y “salir del closet”, pero sabe que no puede... pone su despertador y se tira a los brazos de Morfeo, pensando en que será infeliz toda su vida... negando lo que es, lo que quiere ser y nunca podrá......